TRABAJAMOS LA FLEXIBILIDAD
El término flexibilidad se define como la capacidad de una articulación o de un grupo de articulaciones para realizar movimientos con la máxima amplitud posible sin brusquedad y sin provocar ningún daño. Este concepto debe diferenciarse de otros términos que suelen emplearse como sinónimos de ella, como son movilidad articular y elasticidad muscular, y que sin embargo no deben confundirse:
-Movilidad articular. Es la que determina el tipo y el grado de movimiento que puede realizar cada una de las articulaciones.
-Elasticidad muscular. Es la propiedad que poseen los músculos de estirarse hasta una determinada posición y volver luego a su posición de partida.
*La flexibilidad depende del aparato locomotor, y en concreto, es la capacidad resultante de la suma de estos dos componentes:
FLEXIBILIDAD = Movilidad articular + Elasticidad muscular
Pero también hay otros factores que determinan la flexibilidad, entre los que se encuentran: la herencia (nuestros padres nos transmiten una determinada estructura corporal), la edad (a medida que avanzamos, los tendones van perdiendo su elasticidad y, por tanto, disminuye la flexibilidad), el sexo (las mujeres son más flexibles que los hombres, debido a su menor desarrollo muscular y a su mayor elasticidad), la temperatura (la flexibilidad disminuye con el frío; con un calentamiento aumentamos la temperatura de los músculos y su elongación) el estado emocional (cuanto más tensos menos flexibles somos) e incluso, la hora (somos más flexibles en las horas centrales del día que por la mañana o por la noche.
Lo más importante en un trabajo de flexibilidad es la continuidad y la regularidad, pues la flexibilidad es una cualidad que se pierde rápidamente con la inactividad. Es más interesante trabajar esta cualidad 15 minutos diarios que hacer una sesión muy extensa un día a la semana.
Existen dos tipos de flexibilidad:
-Flexibilidad activa. Cuando el recorrido o movimiento se consigue exclusivamente por nuestro propio esfuerzo (lanzamientos, rebotes, presiones, etc.)
-Flexibilidad pasiva. Cuando a nuestra fuerza muscular le sumamos la fuerza adicional de un agente externo, como puede ser la de un compañero. Tiene siempre mayor recorrido o amplitud que la activa y se mantiene la posición durante cierto tiempo (dependiendo de la edad de los alumnos el tiempo mantenido).
Una vez expuesta toda esta información acerca de la flexibilidad voy a proponer un juego muy común, pero que pocos profesores llevan a cabo en las aulas de educación infantil para trabajar la flexibilidad con sus alumnos, llamado el limbo. Antes de explicar dicho juego, he de añadir que con el objetivo de mejorar la condición física de los niños y la salud es importante realizar juegos de flexibilidad en educación física. Este tipo de juegos, ayudan a los más pequeños a divertirse a la vez que aprenden contribuyendo a su desarrollo físico y social.
EL LIMBO A LO BESTIA
Este juego normalmente se realiza entre tres personas, dos de ellas sujetan una pica mientras que el otro niño pasa por debajo flexionando las rodillas y doblando su espalda hacia atrás evitando tocar la pica. Esta, se va bajando progresivamente hasta que el niño no consiga pasar o toque el suelo. Sin embargo, voy a proponer una variante alternativa.
Para esta actividad la maestra contará con la ayuda de la maestra de apoyo. Ambas cogerán una cuerda muy larga por los extremos y la tensarán. Los alumnos deben pasar por debajo de ella, de la misma manera que he explicado anteriormente escuchando la canción del limbo (canción). Las maestras deberán ir bajando la cuerda a medida que los alumnos consigan pasar, de manera que los niños que no lo consigan se dispondrán a ambos lados de la cuerda siendo eliminados, deberán animar a sus compañeros a pasar y podrán bailar al ritmo de la música.
Con este ejercicio trabajamos la flexibilidad de la espalda y la cadera a la vez que se establecen relaciones afectivas con los compañeros.
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